La
ofensiva del gobierno de Estados Unidos sobre ISIS en Afganistán lanzando la
bomba MOAB tiene una trascendencia muy grande. Mostró un cambio de rumbo en las
relaciones internacionales, en el manejo del terrorismo y nos da a entender que
el presidente Trump no es aguas tibias frente a sus enemigos ni tampoco le
temblará la mano para volverlo a hacer. Atrás quedó la administración Obama que
solo tuvo desaciertos en política exterior y que fue vacilante en muchos temas
importantes.
Aunque
la bomba solo alcanzó a matar una treintena de terroristas, sí destruyó una
gran cantidad de túneles que utilizaban para esconderse y hacer sus fechorías.
Esto fue un duro golpe a ISIS con la fortuna que no hubo población civil
afectada en el hecho.
Tanto
China como Rusia deben entender que, con Trump, las cosas son a otro precio. Corea
del Norte está mostrando dientes, pero la realidad pienso que simplemente está
ladrando.
Para
América Latina esta bomba también tiene repercusiones y mensajes que se deben
tener en cuenta. Mientras la administración anterior muestra como su mayor
logro la apertura de relaciones con Cuba, esta hoy es irrelevante. Los cubanos
no han visto un solo cambio para su bien, ni en respeto a los derechos humanos
ni en liberación de presos políticos. Seguro vendrá un giro en la política
exterior de Estados Unidos en donde el terrorismo y narcotráfico serán la
agenda y veremos acciones en Venezuela más temprano que tarde.
La
situación de Venezuela hace mucho tiempo se hizo agua. El tema se ha convertido
en un problema para la región y para Colombia, pero la cancillería colombiana se
ha mostrado complaciente con ese régimen. Ellos han servido al terrorismo y al
narcotráfico, han apoyado los grupos ilegales y han maltratado a nuestros
nacionales; pienso que Colombia debe tener un cambio radical en política
exterior o se terminarán maltratando nuestras relaciones con Estados Unidos.
Trump busca aliados y eso debemos ser.
El
Viernes Santo se reunieron los ex presidentes Pastrana y Uribe en La Florida
con el presidente Trump. Aunque no se saben los temas tratados, considero que
es un mensaje para el gobierno Santos. Recibir primero a la oposición que al gobierno
no es un buen presagio para las relaciones bilaterales.
Ningún
país u organismo multilateral puede ser ajeno a lo que está pasando en
Colombia, menos Estados Unidos. El desconocimiento por parte del gobierno
Santos de la votación del plebiscito nos va a marcar para siempre, es un hecho
tan grave que puede descuadernar el país porque la voluntad popular debió ser
respetada. La democracia quedó herida.
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