domingo, 22 de mayo de 2016

Constituyente Clandestina

En el país del sagrado corazón no tenemos capacidad de asombro. El presidente Santos le dijo no a la asamblea constituyente por susto a perder el control frente al uribismo, y terminó haciendo una constituyente a dedo; con extranjeros, con miembros no representativos, y con mayoría de las Farc y sus amigos.

Si fuera una Ministra del gobierno la que estuviera haciendo las cuentas, diría que la Constituyente clandestina tiene un 8% de representación en promedio. Esto, porque está compuesta por miembros del gobierno, que tiene una favorabilidad del 13%, y de las Farc, que tiene una del 3%.

No sabemos en que va a terminar este esperpento. Lo que se le ha entregado hasta ahora a los Narcoterroristas es de dimensiones épicas, afortunadamente ellos quieren más, y son capaces de no firmar por cuenta de su voracidad.

Ahora los áulicos de la paz dicen que no entienden porqué la comunidad internacional está tan de acuerdo con el proceso mientras los colombianos no lo están. Claramente la comunidad internacional nunca ha entendido nuestra situación, no se han puesto a pensar que están legalizando el tráfico de drogas, la trata de personas y de menores, y el terrorismo. Qué gobierno extranjero sería capaz de decir que está en contra de la paz de Colombia, lo mismo haríamos nosotros si nos preguntan si estamos de acuerdo con la paz de cualquier país como Birmania, seguro contestaríamos que si.

A cuenta de qué pensamos que la comunidad internacional es un buen referente de algo cuando lleva callada durante años ante las atrocidades y desfachateces del chavismo, y ha dejado solo al pueblo venezolano.

Tengo, a pesar de todo, fe en la Corte Constitucional, y aspiro que paren al gobierno y a sus secuaces de seguir violando nuestra Constitución y sus instituciones.



Por último me gustaría mandarle una reflexión al presidente Santos, y es que la ira que viene cargando las últimas semanas es mala consejera para tomar decisiones: nada sale claro de una cabeza caliente, y en el momento en que estamos, se necesita un estadista  con cabeza fría para que pueda comandar al país a un puerto seguro.

FALTA DE OXIGENO

Dicen que cada quien habla sobre la fiesta dependiendo como le fue en ella, y eso fue lo que pasó en el Foro programático del partido liberal donde el presidente Santos salió a la tarima cargado de tigre, no es normal ver a un jefe de Estado tan acalorado, fustigó fuertemente a la oposición, les dijo que se quedaron sin oxígeno, defendió a su familia, habló mal del gobierno anterior al cual perteneció,  en fin, será un discurso que quedará en la historia.

Me impresionó mucho el tema del oxígeno, porque independientemente de la situación de la oposición, que sin mermelada, sin medios de comunicación, y sin recursos económicos se han batido contra este gobierno con decoro, es realmente el país el que se está quedando sin ese valioso elemento.

Porque hoy en día tenemos que ser claros, varios sectores del país están pasando situaciones difíciles, no por culpa de la oposición, si no de los malos e inoportunos pasos que ha dado el gobierno.

El sector agropecuario y ganadero las están pasando mal, tienen la incertidumbre de lo que se negocia en La Habana adicionado a el cierre del FNG, la inseguridad, y los factores externos como el clima.

Las finanzas públicas también, el país se esta sobre endeudando, las última reforma tributaria fue un fiasco.

Somos el cuarto país con mayor tributación, esto hace que los capitales de inversión no lleguen.

La corrupción esta llegando a limites in entendibles, cuando se había visto que se hable de los ministros no por su competencia si no por los contratos de la familia.


En fin, la falta de oxígeno es del país en general, cuando entenderá el presidente que su pelea es contra la desigualdad, el desgobierno, la pobreza, las bandas criminales, la politiquería, y no contra la oposición.

lunes, 9 de mayo de 2016

DOBLE CONTABILIDAD

Cuando en el año 2002 Alvaro Uribe subió a la presidencia la situación económica del país era muy difícil, la deuda total del gobierno como porcentaje del PIB estaba por encima del 50%, cifra muy alta para un país emergente. Los primeros meses de ese gobierno fueron difíciles pero seis meses después el país empezó a cambiar con la política de seguridad democrática, la confianza inversionista, y la cohesión social.

Durante los ocho años del gobierno Uribe se rompieron bastantes paradigmas económicos que convirtieron a Colombia en un país sujeto de recibir inversión extranjera, la deuda como porcentaje del PIB bajo en el 2010 a niveles del 32%.

Lo que está pasando ahora es muy complicado, no todo es culpa del gobierno Santos, pero si lo es el gasto desmesurado, la mermelada, el desgobierno y la corrupción que han pasado la cuenta de cobro.

Los números no se ven tan mal, pero esto se debe a que el gobierno maneja doble contabilidad, la deuda del gobierno es mucho mayor de la que se refleja en sus balances, esta metodología parece estar avalada por las calificadoras de riesgo, y por el FMI.

Hablo de doble contabilidad porque en el balance no están registrados como deuda lo que se debe en sentencias, y las vigencias futuras, si estos dos ítems se registraran estaríamos en niveles de deuda por encima del 50% otra vez.

Cuando empezó el gobierno Santos las vigencias futuras eran 10 billones, hoy sobrepasan los 90 billones, a través de este mecanismo el gobierno se compromete a futuro a gastar, entonces como no existe título de deuda, no se contabiliza, pero si existe el compromiso futuro de pagarse. Las 4G, el metro de Bogotá son ejemplos de esto.

Las sentencias es un tema mas espinoso, estas son errores de la administración que terminan en una demanda al estado, y que ya tienen sentencia de un juez, el estado debe pagarla a través de cada una de las entidades demandadas, las entidades lideres, La Fiscalía y el Invías, como estas entidades no tienen como pagar ahí mismo la sentencia deben pagar unos intereses onerosos hasta que tengan los recursos, se demoran en él pago alrededor de dos años, esto también es deuda, el monto de este rublo es creciente día a día, debe estar por los lados de 100 billones de pesos. Las sentencias son el resultado de la corrupción, del mal manejo del Estado, y de una administración de justicia politizada.

Es increíble que con estos números no nos hayan bajado la calificación de riesgo, y que el FMI no haya prendido las alarmas correspondientes, debe ser porqué tenemos el mejor Ministro de Hacienda del mundo, tema que me queda difícil de interiorizar.

Sí tuviéramos un buen gobierno, sensato y digno no se necesitaría una nueva reforma tributaria, la  administración profesional d
e las sentencias, y el no uso indebido de las vigencias futuras valen mas que cinco reformas tributarias.

Por último no quiero acabar esta columna sin evidenciar que en el balance del Estado no están incluidos los acuerdos de La Habana, a lo que se ha comprometido el gobierno es monumental, el estado no  tiene como pagarlos, afortunadamente estoy cada día mas convencido que los Narcoterroristas de las Farc no van a firmar nunca.