Se ha vuelto costumbre decir que las últimas alcaldías de corte izquierdista han dejado a Bogotá en el despeñadero, yo estoy totalmente de acuerdo con estas aseveraciones, pero además considero qué de los cuatro, él que más daño ha hecho es Gustavo Petro.
El problema de la administración Petro es de talante, y el suyo es perverso, porque qué sea un mal administrador, peor ejecutor, mal planeador, vaya y venga, pero qué no crea, no cumpla y denigre de las leyes lo hace el responsable de muchos de los males que aquejan a los bogotanos como sociedad.
Actuaciones ciudadanas como el mal uso indiscriminado del espacio público, el irrespeto a la autoridad, el no pago y abuso del Transmilenio, la suciedad de la ciudad totalmente pintada de grafitis solo tienen un culpable, y este es el ejemplo que ha dado Petro.
El respeto a la ley y las instituciones hacen que la convivencia en sociedad sea viable, y que la prevalencia del bien general sobre el particular sea fundamental.
Lo más grave de todo lo anterior es que un buen asministrador puede cambiar el rumbo de la ciudad en cuanto a administración se refiere, pero volver a educar a la poblaciòn toma generaciones.
El ejemplo de Bogotá nos debe servir para entender que los valores morales y éticos de nuestros dirigentes también son muy importantes, inclusive más que los gerenciales, y que ceder todo ante los malandros a cambio de nada solo deja malos comportamientos y ejemplos.
PREGUNTA: Que más sorpresas nos traerá el gobierno nacional en claudicaciones antes las Farc?
