Definitivamente
nuestro país debería estar en el libro de récords mundiales. No salimos de un
escándalo para entrar a otro, de un hecho de corrupción para destapar otro o de
una mentira para descubrir otra.
Adicionalmente
a esta escalada de hechos, lo que más me impacta es la desfachatez y la ironía
con que salen los protagonistas de los hechos en los medios de comunicación. Ya
se les acabó la vergüenza. Muchos de ellos piensan que pueden manejar al país
como el patio trasero de su casa y a los colombianos como borregos.
Caradura
el señor Roberto Prieto al decir que el se merecía el puesto en el BID por
haber trabajado en la campaña Santos Presidente. Valdría la pena explicarle que
eso no es así, pero que por favor sí nos explique cómo logró su compañía esa
cantidad de contratos con el gobierno.
Caradura
el Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, al decir que este gobierno ha sido
austero cuando la realidad es que han dilapidado muchísimos recursos comprando
congresistas, medios de comunicación y hasta premios.
Caradura
el Presidente, Juan Manuel Santos, cuando dice que se acaba de enterar del
ingreso de recursos a su campaña cuando la realidad es que nadie entrega esas
cantidades de recursos a una campaña política sin que sepa el candidato. La
responsabilidad del presidente en estos hechos es clara y debe responder.
Lástima que el juez natural del presidente sea la comisión de acusaciones de la
Cámara porque por ese camino nunca habrá justicia.
Caraduras
los miembros del secretariado de las Farc, que andan por el país como
prohombres, dando cátedra de moral y de buenas costumbres cuando en realidad
siguen siendo los mismos asesinos, tratadores de menores y narcotraficantes.
Nunca me cansaré de preguntar por qué ellos no están en las zonas de
concentración con los guerrilleros rasos; es una afrenta a la sociedad que
anden por ahí.
Caradura
el Ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, tratando de meter leyes de toda
clase por vía del mal llamado fast-track cuando lo que debería estar
haciendo es dando credibilidad al proceso. Lo que termina haciendo es
debilitándolo.
Caraduras
las ex ministras Gina y Ceci que siguen atacando a diestra y siniestra cuando
lo que deberían hacer es contestar las sindicaciones que se les han hecho.
Claramente están tan engalletadas que están fuera del país. Ojalá las impolutas
vuelvan cuando les toque responder.
Lo
que tendremos de aquí en adelante será muy complicado. Un gobierno débil, con
recursos limitados, defendiendo un proceso cuyo postconflicto se ve escabroso y
tratando de mostrar resultados donde no los hay.
Aunque
las apoteósicas marchas en Venezuela han dado bajos resultados, creo que es lo
que nos toca hacer en Colombia. Este primero de abril debemos salir a la calle
a demostrarle al gobierno que no somos borregos ni pendejos.
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