Si
hay algo sobre lo cual deberíamos estar preocupados los colombianos es por el
ambiente que ronda todo, aunque temas individuales como el acuerdo de paz o la
reforma tributaria son temas relevantes, la realidad es que si no cambiamos la
manera en la que actuamos y tomamos decisiones vamos por un muy mal camino.
Lo
primero y mas importante es hacerle una reingeniería al aparato judicial,
mientras que la justicia sirva para atacar rivales políticos, obtener
prebendas, o puestos, nunca vamos a tener paz. En Colombia hay presos políticos
y estos están en las cárceles o buscando asilo en otros países por cuenta de
testigos falsos, de pruebas amañadas, y lo que es peor condenados en juicios
desprovistos de rigor y sin tener opción de defenderse.
La
corrupción galopante, que ha sacado callo en la mayoría de los colombianos
donde se acepta en sus justas proporciones se debe atacar de raíz, y el
problema empieza desde nuestros líderes, que para lograr sus metas mal utilizan
recursos públicos a través de los mal llamados cupos indicativos,
recomendaciones de trabajo a personas no aptas para el cargo etc., si no se
rescata la moral del alcantarillado donde la tenemos, no existirá reforma
tributaria que funcione, los recursos públicos son sagrados.
Otro
de los temas relevantes en el cambio es acabar con el bullying estatal, el Estado
es demasiado poderoso y tiende a menospreciar y presionar a los que no están de
acuerdo. Para un gobierno democrático tener oposición es fundamental y aceptar
críticas que ayuden al mejor desarrollo del gobierno, no podemos tener un
Estado todo poderoso que mande a la lona a sus contradictores diariamente y
mucho menos si es utilizando los recursos públicos.
Los
ideal que las peleas sean por ideas y no por contratos, los partidos políticos
deben ser el eje fundamental de la hoja de ruta de país, hacer partidos
políticos fuertes y ordenados hace la democracia mas estable, estamos demorados
en acabar con las listas preferentes para acabar las microempresas electorales;
es fundamental también que los gobiernos de turno tengan diálogos
institucionales con los partidos y no individualmente con sus congresistas.
Creo
firmemente que los colombianos tenemos todo para acabar con estos cánceres que
cada día nos llevan mas a una sin salida, pero para eso debemos escoger bien a
los conductores de nuestro país, no vender nuestro voto o nuestra conciencia
por un plato de lentejas, no botar nuestros principios a la caneca ante la
primera oportunidad de dinero fácil o si no estaremos repitiendo esta mala
historia.
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