Ya
está claro que el gobierno Santos logró lo que había prometido en su campaña
presidencial del 2014, firmar un acuerdo
con las Farc, que además le salió con la ñapa del premio nobel, y que hizo
hasta lo imposible para lograrlo, pero los grandes sacrificados de este acuerdo
fuimos los colombianos, porque para lograrlo se hicieron muchas cosas y se
rompieron muchas reglas que nos pueden salir costosas en el futuro, es por eso
que considero que ya hicimos el suficiente sacrificio.
Al
gobierno le queda año y medio donde puede recomponer y devolverle la majestad
al Estado, volver a dejar las piezas del rompecabezas donde las encontró y de
esa manera retornar por la senda de la constitución y la civilidad.
Lo
primero y mas importante que debería hacer el gobierno es devolverle la poder y
la autonomía al Congreso y a las altas Cortes, estas deben volver a ser
independientes, tener criterios propios, y defender los pesos y contrapesos
necesarios para que funcione la democracia.
La
disminución del tamaño del Estado y apretarse en gasto también debe ser otro de
sus propósitos, ya pasó la reforma tributaria, pero lo que viene dentro del
contexto global es desafiante, la
globalización, las nuevas economías, la caída del precio de los recursos
naturales hace indispensable ser mas eficientes, no podemos seguir gastando
recursos infinitamente en subsidios y en fortalecer una clase dirigente
corrupta y que su única función es reelegirse, para esto se deben parar los
cupos indicativos y demostrarle a los colombianos que existe una lucha contra
la corrupción.
Ya
firmado el acuerdo y con los miembros de las Farc entrando en las zonas de
concentración es fundamental que la operación y funcionamiento de lo que se
firmó no opere con la misma alcahuetería y falta de seriedad como lo ha venido
haciendo, queremos volver a ver al Estado fuerte, mostrando que es el que
manda, y no simplemente siendo la sirvienta de los terroristas.
Como
ven, los desafíos del final del gobierno son inmensos, tal vez mas grandes que
lo que ya se hizo, ya la fiesta se terminó, y les toca enguayabados dejar el
sitio de reunión como se los entregaron, con Cortes independientes, sin presos
políticos, sin presión a los medios de comunicación, con partidos políticos
defendiendo principios e ideología y no puestos, y sin gasto desmesurado de
recursos para comprar aliados y editoriales.
Creo
que el partido de debe ganar la presidencia en el 2018 es el de la anti
política y la lucha contra la corrupción, para eso debemos revisar muy bien las
hojas de vida de los aspirantes, lo que han hecho hasta ahora, con quién han
trabajado y quién los apoya, otra sorpresa o gol no lo aguantamos.
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