Cuando
se hace una remembranza a lo acontecido durante los últimos tres años y vemos
el acabose institucional del país, empezando por unas elecciones presidenciales
que dejan un manto de duda sobre su resultado, sobre la infiltración a la
campaña y sobre los recursos públicos invertidos, un plebiscito ganado por la
oposición pero no honrado por el gobierno, un Congreso que decidió ser un
firmón del ejecutivo y le entregó la facultad de hacer las leyes sin que ellos
puedan cambiarlas o reformarlas, unas cortes que legitimaron todos los
atropellos a la constitución a costa de un mal acuerdo y adicionamos que
estamos nadando en coca y que la corrupción hizo metástasis; pienso que no nos
queda más salida que creer que los entes de control y de justicia como la
Fiscalía, la Contraloría y la Procuraduría puedan ser la tabla de salvación.
El
país está muy polarizado, la oposición se siente perseguida y el gobierno
siente que la oposición los ataca sin razón. Si estas entidades actúan con
transparencia y con sensatez ayudarían a calmar los ánimos.
La
independencia de estas es fundamental, pero tal vez sea esto lo más complicado.
Tanto el procurador como el fiscal pertenecieron al gobierno y no será fácil
que actúen en contra de este.
En
el caso particular de la Fiscalía se debe demostrar que actúa con la misma
celeridad y objetividad sobre denuncias de cualquiera de los dos bandos. El
Fiscal Martínez debe demostrar que su obrar es diferente al de su antecesor que
perjudicó mucho la credibilidad de la justicia.
En
el caso de la Procuraduría tiene un bocado de cardenal para sacar la cara. Los
hechos de corrupción son grandes y visibles, además los colombianos queremos
ver hechos pronto. Queremos ver a los responsables destituidos y tras las
rejas.
La
Contraloría debe seguir abriendo y entregando información como lo hizo en el
caso Reficar. Es increíble que el país se lo estén rifando; no hay reforma
tributaria que alcance para esto.
Se
deben investigar a fondo los candidatos presidenciales, su financiación y sus
hojas de vida para que el país escoja a mejor.
También
es fundamental para la transparencia de estas elecciones que se avecinan hacer
una vigilancia a la participación en política de los empleados públicos para que
no pase lo que ocurrió en el plebiscito donde descaradamente actuaron. Así
mismo debe ocurrir con el presupuesto de la nación para que no destinen
recursos a los candidatos amigos del régimen directa o indirectamente vía cupos
indicativos y futuras obras inconclusas.
Si
estas entidades no actúan y se vuelven cómplices del gobierno estaremos un
escalón más cerca a Venezuela en donde el presidente es amo y señor de todo.
Sí
el país no vuelve a hacer aspersión aérea y erradica por lo menos 50.000
hectáreas de droga este año, no vamos a pasarla bien con el gobierno Trump. Ellos
están esperando resultados, no discursos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario