miércoles, 27 de julio de 2016

Vuelve y juega

Las entidades financieras son diferentes al resto de las compañías, tienen diferente vigilancia, y por ende diferente reglas de juego. Por eso lo de Estraval se veía venir desde hacía tiempo, es una compañía dedicada a la intermediación de diferentes tipos de créditos o pagares que no era vigilada por la Superintendencia Financiera, ni cumplía con sus estándares.

Al Estado le cabe mucha responsabilidad en estos temas, primero porque no es el primer caso, y segundo porque hay un vacío en el mercado que lo están supliendo entidades no vigiladas por tener una regulación demasiado rígida, teniendo como efecto que para las entidades financieras sea inviable entrar a ese negocio.

Si como dicen Colombia es uno de los países mas desiguales del mundo, entonces tiene gran cantidad de personas con escasos recursos, que requieren de crédito pequeños, y que no tienen más opción que recurrir al gota gota o a créditos extrabancarios ya que no están bancarizados.

Un crédito de un millón de pesos colocado a la tasa máxima legal y a 36 meses paga mensualmente alrededor de 42.000 pesos de cuota, de los cuales más o menos 15.000  son intereses y el resto es capital. Ese valor de los intereses claramente no cubre el estudio de crédito, el recaudo, el extracto etc., si queremos que entidades financieras entren al microcrédito deben poder cobrar intereses mas altos.

Existen casos de éxito en diferentes países, como Bangladesh, donde el tema de la tasa de interés es secundario. Lo importante es el acceso al crédito.

Además, los estudios de crédito tradicionales no caben en estos porque la mayoría no tienen referencia bancaria, ni certificado de ingresos y retenciones, y mucho menos un inmueble para respaldar el crédito.

Es hora que tanto el Ministerio de Hacienda, a través de la Unidad de Regulación Financiera, y la Superintendencia Financiera tomen cartas en el asunto. Deben regular mucho más a fondo al microcrédito para que los originadores independientes tomen control del mercado extra bancario, un mercado que todos saben donde está pero se hacen los de la vista gorda. Existe mucha cooperativa de garaje sin capital y sin conocimiento en este mercado.

La Superintendencia Financiera no puede seguir siendo un invitado de piedra en estos escándalos, pero para eso deben darle recursos. Con lo que tiene hoy, no está en capacidad de vigilar y hacer seguimiento a estas entidades.


Si no se organiza esta parte del mercado seguiremos teniendo captadores ilegales, cobradores con pistola de crédito gota a gota’, pirámides o efectos Ponzi.

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