Dependiendo
de la región del país se le dice diferente a lo que queda al final pegado en la
olla de arroz. Le dicen en la costa cucayo, en Bogotá pega y culinariamente es
la parte de la olla del arroz que más nos gusta a muchos, aunque anteriormente
era lo que sobraba y lo que quedaba; lo comía el servicio de la cocina. El
gobierno Santos no le va a dejar económicamente al próximo presidente ni eso.
No
me había tocado ver tantos precandidatos presidenciales. De hecho, es un cargo
que genera un envejecimiento prematuro. Miren fotos de cada presidente antes y
después de su gobierno, y los cuatro u ocho años parecen el doble. En fin, de
los más de treinta precandidatos ganará uno que va a tener que enfrentar tal
vez la situación fiscal más compleja de los últimos años.
Generalmente
los gobiernos dejan bastante disminuidas las finanzas para el que llega. Eso no
solo pasa a nivel nacional, sino también a nivel departamental y municipal. Solamente
el hecho que el cambio de presidente sea en agosto deja un cogobierno ese año
complejo. Al gobierno Santos no le bastó gastarse lo de su gobierno, dilapidó
lo de los siguientes gobiernos y por ende de las próximas generaciones.
¿Pero
que hizo este gobierno a diferencia de los anteriores para que sea diferente?
Podríamos
enumerar las siguientes:
1.
Aumentó el endeudamiento del país del 32% como
porcentaje del PIB hasta el 43%. Este aumento no da al próximo gobierno mucha
capacidad de endeudamiento adicional debido a que asumió que los ingresos
petroleros seguirían con un precio del petróleo alto y esto no pasó. En
palabras sencillas, le pasó lo mismo que al que le aumentan el sueldo; se mete
en un nuevo apartamento, compra otro carro y al rato lo botan del puesto.
2.
Aumentó la burocracia como nunca antes se había
hecho al punto de no saber a ciencia cierta cuantos ministerios tenemos. Ya no
son los 13 o 14 tradicionales, sino una cantidad de personas con rango
ministerial que además tienen otra cantidad de personas a cargo. Esto es muy
complicado porque si hay algo difícil de voltear es esto, despedir personas y
acabar puestos inútiles será una labor ardua que tendrá que hacer el nuevo
gobierno.
3.
Las dos reformas tributarias que hizo la
administración Santos han sido catastróficas: la primera por lo complicada y
anti-técnica, tuvieron al poco tiempo que hacer otra más estructurada y centrada,
pero dejó al país en los primeros puestos del ranking de los países con
impuestos más altos y hay sectores de la economía que no aguantan más. El
próximo gobierno tendrá la difícil labor de bajar impuestos para ser
competitivos.
4.
La firma del proceso para la terminación del
conflicto, el mal llamado Acuerdo de Paz, comprometió al gobierno a gastar
durante los próximos años para el posconflicto la pendejadita de cien billones
de pesos. Claramente no son adicionales todos y hay mucha retórica barata en
esto, pero de todas maneras si hay bastantes compromisos.
5.
Pero tal vez donde el gobierno Santos hipotecó
más al país fue con las vigencias futuras ya que las comprometió todas; más de
90 billones de pesos en obras que se deberán hacer en los siguientes gobiernos.
Esto va a dejar maniatado al próximo presidente a decidir qué obras o qué
desarrollos debe tener el país porque ya lo definió este gobierno. El más
impopular de la historia reciente.
Como
vemos, el que gane las elecciones presidenciales no se está ganado el premio
mayor, sino un problema mayor. Recibirá un país sin recursos, endeudado, sin
movilidad y polarizado, porque si algo más tenemos que decirle al gobierno es
que partió al país entre los amigos y los enemigos de la paz.
Para
los colombianos esto nos trae otro reto: el de elegir mejor. Muchas veces no es
tan nefasto escoger mal, pero en situaciones económicas difíciles como las que
vemos sí es necesario que el elegido conozca bien el tema, que le de vuelo al
sector privado como generador de riqueza y empleo, y que tenga claro que entre
más pequeño sea el Estado a todos nos va a ir mejor.
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