En la ultima legislatura se aprobaron dos leyes que el gobierno anterior en su entender no estaba interesado, tienen nombres fastuosos, que llaman la Atencion pero que su operatividad es muy difícil.
Este gobierno por la coalición mal llamada unidad nacional las saco adelante y creo esta engalletado.
La primera es la ley de víctimas, quien es víctima de la violencia, y quien no, un país como Colombia que desde sus inicios ha tenido conflictos internos daría para que los 44 millones de colombianos fuéramos víctimas de la violencia, y si eso es así, no se necesitaría ley, por otro lado esta ley esta hecha con el síndrome de Samuel Moreno, Lucho, y la calle 26, esto quiere decir que se aprobó en el Congreso una ley que no se sabe cuanto vale implementarla igual que la calle 26, y que todos los interesados quieren pegarle micos para salir favorecidos de esta. Viendo retrospectivamente el conflicto de interés de esta ley en la sociedad, todos los parlamentarios se debieron abstener de votar, por que de algún modo pueden ser favorecidos, ejemplo claro el H.R. Cepeda cuyo padre tiene el honor de ser inmortalizado por las FARC al darle su nombre a un frente narcoguerrillero, no debió haber votado.
La segunda ley es la de tierras mas bonita de nombre pero igual de difícil de poner en practica, es una reforma agraria anacrónica, y con mas problemas operativos que el aeropuerto El Dorado, generalmente estas tierras están en sitios donde todavía hay violencia, por lo cual devolver la tierras por devolverlas, en tres meses vuelven a quitarselas, segundo si Colombia quiere volver hacer un país con vocación agrícola debería copiar modelos exitosos como el Brasilero, donde el desarrollo se basa en latifundios con mucha mano de obra, no minifundios sin capital de trabajo y tecnología que hacen imposible la competencia.
Pido disculpas por los horrores de ortografía pero desafortunadamente pienso que lo que importa es el contenido y no la forma.
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